No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras
que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están los pobres de la
tierra, como decía el poeta, las trabajadoras, los trabajadores, la mujer, las
juventudes, los discriminados, sé que aquí me acompaña por
quienes quisimos gobernar, por quienes nos hemos arriesgado, por lo que lo vale
todo, por lo que puede cambiar la historia, quiero que ustedes sean
conscientes, cada uno de ustedes, cada una de ustedes que empezamos a vivir
días de historia.
Esto no es una manifestación más, no es que pasarán unas
horas que nos verán ir, que dirán, ya salieron a gritar a la Plaza de Bolívar,
pero se cansarán, dirán que sus cálculos politiqueros podrán vencer de nuevo
como siempre lo han hecho en la historia de Colombia, el ansia de la paz, de la
democracia de la libertad de nuestro pueblo, yo no soy quién en realidad,
quizás por los avatares de la historia misma, un muchacho humilde que decidió
leer libros y libros y en los libros encontrar palabras de rebeldía y
levantarme contra lo que consideraba injusto.
Cuando era joven, lanzaron dos mensajes de violencia que
atravesaron mi memoria, mi corazón, un 11 de septiembre el golpe de Estado
contra Allende, 1973, y un 19 de abril de 1970 un fraude electoral contra el
voto popular en Colombia. Desde ese entonces en los libros iba leyendo lo que
era la oligarquía colombiana, una oligarquía sectaria, atrasada, feudal,
dogmática pero asesina, en su corazón no ha sido posible hablar el lenguaje de
la paz, el lenguaje del entendimiento, creen que con la trampa, creen que con
el engaño, creen que con el juego sucio pueden manipular la historia de
Colombia.
Fui aprendiendo que este tipo de élites que
gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que
no habían entendido lo que significaba la palabra democracia, que antaño unos
jóvenes rebeldes, Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres, Bolívar, nos habían
enseñado.
Al principio fue en los libros, leí la historia de Gaitán
que fue alcalde de Bogotá, que destituyeron y luego asesinaron, traté de
entender lo que había detrás de eso, dieron la orden oscuros en los palacios
jugando al póker, dieron la orden de disparar con los tanques de guerra sobre
ese palacio y asesinar a todos los que estaban dentro, dieron la orden de
asesinar al candidato presidencial Luis Carlos Calán, dieron la orden de
asesinar al candidato presidencial Bernardo Jaramillo, y dieron la orden de
asesinar a nuestro comandante candidato presidencial Carlos Pizarro.
No habían pasado, 4 meses de la firma de nuestro acuerdo
de paz y asesinaron al hombre joven que
podía ganar la presidencia de la República, al comandante, al jefe de la paz, a
Pizarro, desataron el genocidio 140 palacios de justicia en
toda Colombia, descuartizando y masacrando campesinos, 200 mil en los últimos
10 años y aun así, aun así Aída (Abella), a ti que te dispararon un rokect,
porque te querían despedazar en la autopista norte, querían acallarte, acallar
a tu partido, acallar a tu movimiento, mataron miles y miles de miembros de la
Unión Patriótica, no podían resistir la diferencia, y aun así yo soy el alcalde
Mayor de Bogotá, y como jefe constitucional de la Policía Nacional les ordeno
dejar pasar a la gente que quiera...
Esta historia, esta historia es indispensable contarla
porque aquí también nos acompaña el hombre que recogió los restos asesinados de
Pizarro, que nos dijo en un momento muy difícil recuerdo yo, jovencito que era,
como muchos de nosotros, tuvo la tranquilidad suficiente para decirle a Colombia,
a pesar de que el fascismo, narcotraficante y
su poder político nos asesinan a Pizarro, en nosotros está la
generación de la Paz, está la posibilidad de la paz.
Este pueblo inmenso colombiano
no quiere la guerra, no quiere la violencia, está cansado de enterrar mártires,
héroes, gente humilde, no quiere más escuchar a los que nos convocan, para que
nuestros hijos se unten de sangre, este pueblo se merece el futuro, eso nos
decía el hombre que aquí nos acompaña: Navarro Wolf.
No sabían, pasaron por el pelotón de fusilamiento como
decía Gabriel García Márquez y sin embargo de alguna manera mágica, como mágica
es América Latina, surgió entre las piedras la victoria electoral que nos hizo
mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente, del cual fue presidente (Navarro),
pasaron unos meses apenas de que brindaban en los cócteles por la muerte de
Pizarro, y sin embargo tuvieron que aguantarse el que
nosotros, la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está
vigente.
¿Cuál es entonces nuestro camino hoy? Cuando el fascismo
quiere volver a despedazarnos, ¿hay alguna diferencia, Aída, pregunto yo, entre
quienes dieron las órdenes para fusilar a miles y miles de militantes
democráticos y quienes dan la orden hoy para quitarnos los derechos políticos?
¿Qué le puede decir el procurador hoy al mundo?, ¿Que
porque oró frente a la Virgen María, a la cual yo respeto, le consagró el que
le hubiera podido quitar los derechos políticos a lo que él denomina un
comunista ateo? O al contrario tiene que decirle al mundo que él continuó con
la tarea, hoy a través y manipulando la norma, y rompiendo la Constitución, y
rompiendo el Estado de Derecho, y rompiendo la Carta Democrática de la OEA y el
Pacto de Derechos Civiles y Democráticos, que le ha quitado los derechos
políticos, los derechos fundamentales a ejercer, a votar y a ser elegido a
quién denunció el paramilitarismo, a quien denunció el cartel de la
contratación por medio del cual, unos cuantos
empresarios corruptos, empresarios del poder y de la muerte, habían decidido
quedarse con los dineros públicos de todos los bogotanos.
El procurador tiene que decirle al mundo que él es el
continuador en una de sus formas de lucha, de la misma lucha de quienes
levantaron las sierras eléctricas, de quienes quisieron extinguir la diferencia
en Colombia, la diversidad y la democracia, por eso, haciendo una reflexión,
¿cuál es nuestra actitud hoy? Pues recuerdo Antonio (Navarro) sus palabras ante
Pizarro muerto en su tumba: Nosotros somos la generación de la paz, no nos vamos
a dejar arrebatar de nuevo la esperanza de la paz y la democracia, no vamos a
caer en sus trampas, nos quieren llevar a la violencia y no señores, los
violentos son ellos, los tristes son ellos, nosotros somos la alegría, nosotros
somos la paz y la democracia. Alegres pero firmes, por eso debemos ser
conscientes de lo que empieza hoy en la Plaza de Bolívar de Bogotá.
Aquí empieza una movilización
popular, este es el primer día de muchos, hoy nos vemos muchos, pues seremos
más.
Creyeron que calculando la decisión arbitraria, cercana la
Navidad, el pueblo no iba a salir a las calles.
Cómo será, cómo será la conciencia de la arbitrariedad que
han cometido, que temerosos del pueblo, temerosos de la democracia una vez
hicieron su rueda de prensa anunciando la ingrata noticia, desocuparon y
evacuaron la Procuraduría General de la Nación, la hicieron rodear de fusiles y
tanques.
Miren qué diferencia, miren qué diferencia, mientras allá
está el vacío lúgubre de los pasillos de la Procuraduría, mientras sólo se
pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros, aquí estamos
nosotros sin una sola arma rodeados de los del pueblo.
La diferencia es que allá son conscientes de lo que
hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con Pacho Santos, entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa, y ponemos a Pacho Santos en la
Alcaldía... ¡ay Uribe, como si se pudiera borrar al pueblo!
Aquí comienza un movimiento popular. Esta Plaza de Bolívar
tiene que ser el comienzo de muchas Plazas de Bolívar en todos los pueblos de
Colombia.
Con mucha tranquilidad, con mucha alegría, pacíficamente,
el Alcalde Mayor de Bogotá convoca a toda la ciudadanía de Colombia a
expresarse en las plazas de Bolívar para convertirlas en la prosa de la
democracia, en las prosas de la Paz.
Quiero, que los indígenas salgan con sus cabildos, quiero
que el movimiento agrario salga a abrazar a la Bogotá Humana, quiero que los
trabajadores y las trabajadoras de Colombia organizados o no, constituyan los
comités de defensa de la Bogotá Humana que son los mismos comités de defensa de
la paz y la democracia, quiero que las juventudes animalistas, las que saben
qué significa matar entre aplausos y alegrías un toro, quiero que las
juventudes ambientalistas que saben que es más importante un árbol que un
bolardo, que es más importante un humedal que una losa de cemento, quiero que
todas las juventudes de Colombia, que saben que es más importante el
cerebro que el cemento, el libro que el tanque de guerra, se
reúnan en las plazas de Colombia y produzcamos el movimiento que sea capaz de
detener a los enemigos de la Paz.
Lo que tenemos que detener es
un fascismo, no es este el único caso en el mundo, muchos fascismos
se han detenido en el mundo bajo la consigna de no pasarán, le tocó a Bogotá
ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, le tocó a
Bogotá ser la vanguardia de quienes decimos basta a la trampa, de quienes
decimos basta al asesinato, de quienes decimos que aquí en Colombia debe reinar
la paz y la democracia el entendimiento y el diálogo, que el Presidente de la
República lo sepa, él es el que tiene que decidir en última instancia, él es el
que tiene que decidir si avala la decisión del Procurador o es capaz, ante la
ruptura de la Constitución, de impedir su orden arbitraria, ahora sabremos si
el Presidente de la República está con la paz o simplemente con su reelección.
Que América Latina, el pueblo latinoamericano que es
diversidad, ha sido capaz de decirle al mundo su dignidad, su soberanía que hoy Bogotá se levanta indignada esperando la solidaridad
latinoamericana, y como somos un movimiento internacional de
solidaridad con la Bogotá Humana para que aquí el fascismo se detenga.
Quieren acabar con la Bogotá humana porque quieren acabar
con la democracia en América Latina. Que lo sepan en La Habana. Que lo sepan en
La Habana, el mensaje, el mensaje que quiere dar el Procurador no es solamente
la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la
diferencia, es también una trampa que quieren eliminando Bogotá Humana, es
lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana y aquí queremos decirlo con mucha
claridad, los hombres que aquí estamos, que nos levantamos en armas, que no nos
dejamos arrodillar ante la tortura y nos condujeron a la cárcel, Antonio que
también como Aída, que nunca conoció un arma, pero Antonio qué le quitaron la
pierna, su voz en uno de los tantos atentados, nosotros que nos levantamos en
armas pero que firmamos la paz tres años antes que Nelson Mandela, parte del
gobierno, las Farc en La Habana, que no retrocedan ante la paz, que lo que
quieren hacer aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia, qué quieren
dejándonos a nosotros, los que formamos la paz, los que le cumplimos a Colombia
con nuestra firma, los que dijimos que la palabra vale, que palabra que sí, los
que hicimos la Constitución, y los que gobernamos estos dos años sin robarnos
un peso, con la frente en alto, los que con el corazón decidimos política
pública tras política pública sólo con el afán de favorecer a los humildes, de
favorecer a los excluidos, de favorecer a los discriminados, nosotros les
decimos a los guerrilleros de las Farc: ni se les ocurra bajar la
bandera de la paz, la paz es la democracia, la paz es la justicia social y aquí
estamos construyendo esta Bogotá, hoy vanguardia democrática de
Colombia, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, presente uno junto al
otro, una junta a la otra, somos la cadena de afectos qué puede lograr
verdaderamente la transformación de Colombia y la paz.
Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir a donde
queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que
hacer en estos días, esta es la Plaza Tahir de Colombia, aquí debe comenzar una
revolución democrática y pacífica, una revolución de los corazones y de los
cerebros, hemos convocado a América Latina y creemos que América Latina nos va
a responder, creemos, a pesar de la opinión del fascismo, que la Bogotá Humana se va a quedar en este Palacio y en los barrios
de Bogotá, pero quiero que me acompañen para enseñarle a
Colombia, quiero que nos hagamos aquí un compromiso, no solamente nos vamos a
ver hoy en una manifestación más en la Plaza de Bolívar, aquí ha de quedar un
equipo, voluntarios y voluntarias haciendo vela democrática en la Plaza, aquí
mañana tenemos que volver y pasado mañana, y después de pasado mañana, aquí
cada vez más y más pueblo y multitud, aquí vamos a saber defender la dignidad
de Colombia, aquí el alcalde se queda si ustedes se quedan.
Aquí se prenderá la antorcha simbólica de la democracia y
esperaremos que las novenas navideñas en toda Colombia se den en las plazas
alrededor de la antorcha democrática. Esperaremos aquí la decisión de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esperaremos aquí la decisión de la
Corte Constitucional, veremos si es cierto que es un ilícito en Colombia
desprivatizar un servicio público, veremos si es cierto que el
alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque le quitó 500 mil millones de
pesos que cuatro contratistas le robaban a los usuarios del aseo de Bogotá,
veremos si es cierto que es pecado en Colombia el reciclaje y la separación en
la fuente, veremos si es cierto que es una ruptura del orden constitucional
remunerando a los humildes recicladores en vez de arrodillarse al poderoso
contratista del aseo, veremos si es cierto que la alcaldesa de la derecha no
cometió ninguna irregularidad cuando dejó once días a Madrid, España, con las
basuras en la calle, pero si es irregularidad que el alcalde de la izquierda de
Bogotá le haya resuelto a la ciudad en tres días el sistema del aseo de los
operadores.
Quiero que seamos conscientes del compromiso que estamos
asumiendo, Petro no saldrá jamás a una
convocatoria a la violencia, pero no esperen que permitamos que el voto
popular y la democracia se arrodillen, no, yo creí en las buenas maneras, yo
creí en los discursos, yo hasta por convicción propia voté por el Procurador
para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser
ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la
democracia, ellos manipulan la Constitución.
Quiero que seamos conscientes de la decisión que vamos a
tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en
Colombia, cada una de ustedes, cada uno de ustedes, ahora dejaremos los
voluntarios que quieran velar la democracia, pero cuando regresen a sus casas a
sus barrios a sus lugares de trabajo organicen la rabia y la indignación, no
dejen que se vaya a la violencia, díganles que vengan a la Plaza, que el
Alcalde estará aquí para acompañarlos, que cada vez seamos más, que la
población de Ciudad Bolívar, de Kennedy, de Engativá, de Suba, de Tunjuelito,
que los niños y las niñas, los artistas, las artistas, las mujeres, los
trabajadores, los necesitamos aquí, que este es el momento de cambiar la
historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el
compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el
salario se lo podemos regalar al Procurador.
No nos obnubilan las riquezas
ni los palacios, lo que queremos defender aquí es la dignidad, lo que queremos
defender aquí es el respeto que se merece el voto popular del 30 de octubre, lo
que queremos defender aquí es el derecho a gobernar por parte de quienes son
diferentes a la tradición política de Colombia, lo que queremos defender aquí
es la Paz, así mismo yo no pertenezco a ningún partido político, he querido que
Aída me acompañe, Navarro y mi familia porque quiero que sean testigos de que ésta
persona que hoy es el Alcalde, pudo no serlo, está dispuesto a llegar hasta las
últimas consecuencias que ustedes me digan, siempre por la paz y la democracia,
vamos a comenzar el movimiento de los indignados de Colombia, que lo sepan en
toda Colombia, nuestra historia comienza también por su propio pueblo
definitivamente aquí y desde aquí, que la Bogotá Humana sea la excusa para
construir una Colombia humana, democrática y pacífica.
Los espero mañana con más y más gente, los espero mañana
con más fuerza, aquí nos mantendremos en la sede de Nariño y en la sede de
Gaitán, aquí nos mantendremos si ustedes nos acompañan, aquí discutiremos si
podemos de verdad construir nuestro inmediato futuro, nuestros hijos e hijas se
merecen ese esfuerzo que hagamos, no por un puesto, por un país, por una
patria, porque no vuelva a suceder lo de la Unión Patriótica, para que no
vuelva a suceder lo de Pizarro, porque no nos vuelvan a conducir a las guerras
infinitas civiles de Colombia, porque tenemos el derecho a la paz y ese derecho
lo ejerceremos. Fascistas, oscuros fascistas no pasarán. Espero al comité que
se quede en la Plaza de Bolívar, pueden quedarse todo el tiempo,
los espero mañana a las cuatro de la tarde en la Plaza de Bolívar, la plaza de
los indignados de Bogotá.
Gustavo Petro.
Diciembre 10 de 2013, plaza de
Bolívar Bogotá
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